¿Por qué muere una neurona motora?
“Cada pieza de este terrible puzzle es importante para llegar a tener una imagen final que nos muestre cómo detener esta enfermedad”, aseguró la presidenta ejecutiva de la Fundación Luzón, María José Arregui, en la apertura del VI Encuentro Internacional sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).
El evento, titulado “Mecanismos de muerte celular en la ELA: posibilidades para el manejo clínico de la enfermedad” y organizado junto con la Fundación Areces, reunió en Madrid el 27 de octubre a algunos de los científicos más relevantes que trabajan para detener la ELA y desarrollar potenciales vías terapéuticas.
La ciencia sigue sin saber ni cómo ni por qué se desencadena la ELA, pero hay múltiples investigaciones en curso en todo el mundo buscando respuestas y nuevos hallazgos sobre el posible origen de la enfermedad. El VI Encuentro Internacional sobre la ELA reunió en el auditorio de la Fundación Areces, en Madrid, a investigadores y miembros de la comunidad de la ELA, entre los que se contaban médicos y pacientes.
La charla plenaria corrió a cargo del profesor Robert Baloh, director mundial de neurociencia en los Institutos Novartis de Investigación Biomédica. El encuentro también contó con la participación del doctor Rubén López Valés, de la Universidad Autónoma de Barcelona; del doctor David Pozo, del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa y la Universidad de Sevilla; del doctor Manuel Portero Otín, del Institut de Recerca Biomèdica de Lleida; y del doctor Óscar Fernández Capetillo, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas. La catedrática de Genética de la Universidad de Zaragoza Rosario Osta actuó como moderadora.
En sus palabras de bienvenida al encuentro, el director de Comunicación de la Fundación Areces, Manuel Azcona, resaltó que “la Fundación Areces hace suya la lucha contra la ELA y por esa razón mantenemos una estrecha colaboración con la Fundación Luzón” y reiteró el propósito de la entidad de mantener un vínculo que ya “se ha convertido ya en una tradición”.
La presidenta ejecutiva de la Fundación Luzón, María José Arregui, dijo que el encuentro anual “es un día para compartir y que los avances de la investigación sean conocidos entre todos los miembros de la comunidad científica”, una actitud “vital para la integración de todos los aspectos que componen la ELA”. Sobre esta enfermedad, recordó que “solo tenemos unos pocos focos de luz en medio de toda esta oscuridad” y, en referencia a los hallazgos que se presentaban en la jornada, destacó que “cada pieza de este terrible puzle es importante para llegar a tener una imagen final que nos muestre cómo detener esta enfermedad”.
La presidenta ejecutiva de la Fundación Luzón también apeló al alcance del encuentro para la política, la industria, las entidades implicadas y, sobre todo, para las personas afectadas y sus familias. También alabó los frutos de un esfuerzo común que, desde las acciones solidarias o el apoyo de personalidades afectadas por la enfermedad, se traduce en avances reales. “Juntos estamos creando un futuro para que la ELA no nos arrebate lo que más nos importa”, aseguró María José Arregui.
Por su parte, la profesora Rosario Osta, cuyo equipo indaga en nuevas estrategias terapéuticas y biomarcadores, diagnósticos y pronósticos, destacó la excelencia de los ponentes, y recordó que para llegar a desarrollar terapias contra la ELA “necesitamos conocer la base de la enfermedad. Hoy vamos a ver eso: estudios básicos que están demostrando que los conocimientos son cada vez mayores”.
Alteraciones en el gen C9orf72 e injertos de células madre
El profesor Robert Baloh presentó la ponencia principal, titulada “Mecanismos neuroinflamatorios del daño neuronal en la ELA”. En la primera parte expuso la estrecha relación que existe entre la demencia frontotemporal y la esclerosis lateral amiotrófica, que aquejan de manera superpuesta a un elevado porcentaje de pacientes. La causa común podría radicar en mutaciones -en concreto una expansión repetida-, del gen C9orf72.
En este momento, la investigación se centra en los efectos de la deficiencia de este gen, que da lugar a respuestas inmunitarias anormales por acumulación de proteína STING. En los ensayos, los ratones sin este gen son más propensos a desarrollar enfermedades autoinmunes, algo que también ocurre en pacientes humanos con ELA.
En la segunda parte de su conferencia, el profesor Baloh compartió los hallazgos de su más reciente ensayo con células madre, que ahonda en una vía de investigación que busca salvar las células motoras de la muerte por ELA. El experimento, que consistía en injertar células madre en ratas con ELA, había salvado de la enfermedad el lado del animal que había recibido el tratamiento, pero fracasó al aplicarse en humanos: ninguno de los 18 pacientes con ELA con injertos unilaterales similares notaron que se ralentizara el avance de los síntomas respecto al lado no tratado.
El profesor Baloh sigue trabajando en esta línea gracias a muestras que se conservan de este experimento y cree que mejorar la técnica quirúrgica puede ser determinante para un futuro tratamiento a base de injertos.
Posibles terapias basadas en moléculas lipídicas
El doctor Rubén López Valés abrió el bloque de los equipos científicos nacionales con su ponencia “Contribución de la inflamación en la esclerosis lateral amiotrófica”. La inflamación, que en principio es un mecanismo de defensa y curación del cuerpo, en enfermedades como la ELA, entre otras, se convierte en un proceso que no se detiene. Se sabe que esto se debe a un déficit de mediadores especializados en promover resolución (SPM), moléculas que apagan la inflamación. Ese fue el punto de partida de la investigación en la que trabaja desde hace cuatro años y que le distinguió como el primer Talento ELA.
Al estudiar muestras de pacientes de ELA recién diagnosticados descubrieron que esos mediadores SPM no se producen a niveles normales, y que en los ratones sucede lo mismo. Las indagaciones del doctor López Valés detectaron que no se trata de un déficit de lípidos, sino en la imposibilidad del paciente para convertir esas grasas en mediadores lipídicos que resuelvan la inflamación. En la actualidad se están administrando los mediadores de forma externa a ratones y se ha conseguido ralentizar la enfermedad en los animales, lo que permite vislumbrar una posible terapia.
El doctor David Pozo, investigador principal del Centro Andaluz de Biología Molecular y Medicina Regenerativa (CABIMER) y la Universidad de Sevilla, habló sobre “Nuevos mecanismos de regulación de la homeostasia energética en ELA”. Partiendo del hipermetabolismo que se da en la enfermedad sus indagaciones miran hacia las alteraciones no canónicas del BAT (tejido adiposo marrón), como respuesta a los mecanismos de aclimatación del cuerpo y control de la demanda energética.
Nuevas y estrechas conexiones entre lípidos y ELA
La charla del doctor Manuel Portero Otín, titulada “Estrés celular y metabolismo lipídico en la fisiopatología de la ELA: hacia nuevas vías de tratamiento”, aborda sus estudios del perfil lipídico de pacientes con ELA, que muestran patrones diferentes a los de las personas sin la enfermedad. Afirmó que “el metabolismo lipídico puede ser un factor relevante en los diferentes fenotipos que presenta la enfermedad” y que el perfil lipidómico podría servir para determinar la mejor clasificación y pronóstico de los pacientes.
Otra línea de investigación se centró en la maquinaria de fabricación de omega-3 y halló que puede contribuir a la protección neurológica, pero también que, en el modelo ratón y vía dieta, puede alterar el diálogo entre mitocondrias y núcleo, especialmente en el sexo femenino. En otra vertiente, el doctor Portero Otín y su equipo hallaron que, en la ELA, el lipidoma nuclear de la célula muestra alteraciones en el nivel de plasmalógenos, lo que podría abrir una futura vía terapéutica. También han estudiado la implicación lipídica en los procesos de autofagia en la ELA, llegando a la conclusión de que la pérdida de la proteína TDP-43 altera el lipidoma celular.
Buscando respuestas en el ácido ribonucleico
Tras diez años de exitosa investigación del cáncer y tras desarrollar tratamientos para esta enfermedad, el doctor Óscar Fernández Capetillo buscaba nuevos desafíos cuando se topó con el reto del cubo de hielo (Ice Bucket Challenge) y decidió investigar la ELA. Considera que, en esta enfermedad, “muchas cosas tienen que ver con el RNA” (ácido ribonucleico, también conocido como ARN o RNA, por sus siglas en inglés, y presente en todas las células vivas).
Su trabajo de investigación se enfoca en los péptidos tóxicos que se adhieren al ARN, afectan negativamente al funcionamiento de la célula y acaban por matarla. Su propósito es averiguar por qué los péptidos son tóxicos y si ese proceso se puede remediar, para poder mejorar algún día la enfermedad. En ese sentido, y como esperanza para las personas con ELA en el auditorio, recalcó la importancia de financiar la investigación y de que haya muchos equipos científicos trabajando en la ELA para que llegue un fármaco, como está ocurriendo con el cáncer.
Tras las intervenciones de los científicos, se abrió el turno de preguntas para las personas presentes en el auditorio de la Fundación Areces. Además de las cuestiones planteadas por representantes de la comunidad científica, como médicos y expertos en ELA, las personas afectadas de ELA o sus familiares también tuvieron ocasión dirigirse a los investigadores para hacerles preguntas o expresarles sus inquietudes, con lo que se cumplía un propósito esencial del evento: acercar el trabajo de investigación a las personas que conviven a diario con la enfermedad. Teniendo en cuenta la cantidad y calidad de los esfuerzos científicos en curso, los investigadores coincidieron al visualizar un panorama de esperanza.
‘En la Fundación Francisco Luzón de lucha contra la ELA estamos en pie de guerra: en el tema de la investigación, en el tema del lobby público, frente a los actores que pueden tomar decisiones, […] o fortaleciendo el asociacionismo», proclamó el Vicepresidente de la Fundación Luzón y vocal de la Confederación Nacional de Entidades con ELa (ConELA), Carmelo Angulo, para cerrar la jornada.