VACUNACIÓN Y ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA

La pandemia causada por el virus COVID-19 ha provocado profundas consecuencias económicas y sociales de manera global. Se estima que alrededor de un 20% de la población ha estado expuesta a COVID-19; sin embargo, estas estimaciones son cuestionables ya que, al inicio de la pandemia en marzo del 2020, no se pudo hacer una estimación real y, además, muchos de los afectados son asintomáticos.

Este virus tiene un mayor porcentaje de mortalidad si lo comparamos con otros como el de la varicela o el de la gripe. Además, se ha demostrado que causa efectos duraderos en los pulmones, el corazón y el sistema nervioso central, consecuencias que aún no se comprenden plenamente. Por lo tanto, la inmunización de la población de forma lenta, segura y controlada parece más importante que nunca. Dicha inmunidad requiere que al menos el 70% de la población total sea vacunada.

Con el progreso de la medicina moderna, se sabe que la vacunación preventiva es la forma más segura y eficaz de prevenir la enfermedad y la muerte por COVID-19. 

Actualmente hay 63 vacunas en ensayos clínicos en humanos, 15 han alcanzado las etapas finales (ensayos en fase 3) y 5 están ya en fase de comercialización.

Las vacunas que se están administrando actualmente a la población en distintos países del mundo son:

  •     Pfizer / BioNTech (basada en ARNm): promueve una respuesta inmune contra las proteínas de las espículas de la corona del virus. Necesita dos dosis y ha demostrado una efectividad del 95%.
  •     Moderna (basada en ARNm): promueve una respuesta inmune contra las proteínas de las espículas de la corona del virus. Necesita dos dosis y ha demostrado una efectividad del 90%.
  •     Oxford-AstraZeneca (basada en modificación de adenovirus de chimpancé): Esta vacuna aumenta la respuesta inmunitaria contra el coronavirus a través de adenovirus modificados genéticamente. Necesita dos dosis y ha demostrado una efectividad del 60%.
  •     Sinopharm-China (basada en virus inactivado): fundamentada en la respuesta al coronavirus inactivado para ser incapaz de reproducirse, pero que genera una respuesta inmune en el organismo. La solución se inocula por medio de dos inyecciones y ha demostrado una efectividad del 79%.
  •      Sputnik V-Rusia (basada en vectores adenovirales humanos). Son necesarias dos dosis y ha demostrado una efectividad del 91.4%.No hay riesgo de desarrollar COVID-19 a partir de las vacunas aprobadas actualmente y los efectos secundarios, observados en algunos sujetos de estudio, han sido leves y transitorios. 

No hay riesgo de desarrollar COVID-19 a partir de las vacunas aprobadas actualmente y los efectos secundarios, observados en algunos sujetos de estudio, han sido leves y transitorios. Por lo tanto, se consideran vacunas seguras con elevado beneficio para la población. Entre los efectos secundarios observados están escalofríos, cansancio, dolor de cabeza o hinchazón. En cualquier caso, la gama completa de efectos secundarios, incluidos los más raros, solo se conocerá en el transcurso del programa de vacunación. Hasta el momento no ha habido indicios evidentes que apoyen una posición de rechazo ante la vacunación. 

En la mayoría de los países, la distribución de vacunas sigue un programa de vacunación en el que la vacuna se ofrece primero a los grupos vulnerables, que son en esencia las personas de edad avanzada, las personas vulnerables debido a condiciones de salud subyacentes graves y, potencialmente, a sus cuidadores y al personal sanitario. Por lo tanto, los pacientes de ELA son un grupo vulnerable y debería considerarse prioritario.

Los estudios hasta la fecha, no sugieren que los trastornos neuromusculares como el de la ELA aumenten el riesgo de efectos secundarios de las vacunas ya que no involucran al sistema inmunológico y, por tanto, no  deberían afectar al funcionamiento de la vacuna.

Los sanitarios aconsejan que, hasta que no se complete el programa de vacunación y especialmente la de los grupos vulnerables entre los cuales están incluidos los pacientes de ELA, la precaución y las medidas para evitar la infección, como el uso de mascarilla y el distanciamiento social, siguen siendo vitales.

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