Dona tu cerebro hoy para curar mañana

Hoy, con motivo del Día Mundial del Cerebro, queremos hablar de  la importancia de este órgano para la investigación. A diferencia de lo que ocurre con la donación de otros órganos, la donación del cerebro no salva vidas, pero sí que es de gran utilidad para avanzar en la investigación de enfermedades como la ELA. 

De hecho, investigaciones recientes que han utilizado cerebros humanos post mortem han encontrado diferentes huellas moleculares en distintos pacientes con ELA, lo que ha permitido categorizar esta enfermedad en determinados subtipos y asociar sus características clínicas y moleculares.

Por esta razón, la donación de cerebro humano es tan importante para la investigación de enfermedades neurodegenerativas, como la ELA, el Alzheimer o el Parkinson. Los estudios post mortem de cerebros donados proporcionan información muy valiosa sobre las alteraciones estructurales y bioquímicas de estas enfermedades. 

Además, permiten la validación de resultados experimentales. Diversos proyectos de investigación, tanto en ELA como en otras enfermedades neurodegenerativas, utilizan distintos modelos de estudio, desde cultivos celulares de linfocitos o motoneuronas, pasando por organoides o modelos animales, como ratón o pez zebra. El uso de cerebros humanos permite comparar algunos de los hallazgos en el laboratorio con la realidad clínica e indagar si los resultados pueden ser aplicables a la biología humana. 

Estas son solo algunas de las razones por las que donar el cerebro a la ciencia es fundamental para encontrar una cura o, al menos, un tratamiento para la ELA. 

El proceso para hacerlo sigue un procedimiento específico y atiende a consideraciones legales y éticas importantes: 

  1. El donante debe manifestar su deseo en su testamento vital o documento de voluntades anticipadas. También se puede firmar un consentimiento informado expreso para ello. No obstante, si la persona no puede decidir por sí misma, el tutor o algún familiar en su nombre pueden tomar esa decisión sabiendo que la persona enferma no era contraria a esta práctica.
  2. En España existen 16 biobancos (coloquialmente llamados “bancos de cerebros”). Los donantes pueden inscribirse en el biobanco más cercano a su domicilio y, en el caso de que no haya uno en su región (lo ideal es que esté situado a no más de 150-200km), será el Banco de Tejidos de la Fundación Cien quien gestione esta donación. Los 16 biobancos están coordinados a través de una red de investigación del Instituto de Salud Carlos III. 
  3. A diferencia de la donación de órganos para trasplantes, el cerebro lo puede donar cualquiera: personas sanas o enfermas y de cualquier edad. 
  4. La donación de tejido cerebral es particularmente importante en personas sanas, puesto que es en este grupo de donantes en el que suele haber mayor escasez de muestras para investigación y gran demanda, ya que la investigación casi siempre necesita muestras de personas sanas para ser usadas como control.

La donación del cerebro no salva vidas, pero sí contribuye a la lucha contra la ELA y otras enfermedades neurodegenerativas. Regalar este órgano a la ciencia supone regalar vida a las generaciones futuras

Según el Banco de la Fundación CIEN, en torno a 100 españoles al año donan su cerebro a la investigación. El 48% de esas donaciones son de personas con alzhéimer, el 8,5% sufren ELA, el 6% demencia frontotemporal, y un 8% párkinson o demencia con cuerpos de Lewy. Sin embargo, no hace falta padecer una enfermedad neurodegenerativa para poder donar tu cerebro. Igual de importantes son los cerebros de donantes “sanos”, para que los investigadores tengan muestras de control para comparar.

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